"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

sábado, 14 de mayo de 2011

CARTA DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA

CARTA DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA
PRESENTADA POR LA SANTA SEDE
A TODAS LAS PERSONAS, INSTITUCIONES Y AUTORIDADES
INTERESADAS EN LA MISION DE LA FAMILIA
EN EL MUNDO CONTEMPORANEO
22 de octubre de 1983
INTRODUCCIÓN


La «Carta de los Derechos de la Familia» responde a un voto formulado por el Sínodo de los obispos reunidos en Roma en 1980, para estudiar el tema « El papel de la familia cristiana en el mundo contemporáneo » (cfr. Proposición 42). Su Santidad el Papa Juan Pablo II, en la Exhortación ApostólicaFamiliaris consortio (n. 46) aprobó el voto del Sínodo e instó a la Santa Sede para que preparara una Carta de los Derechos de la Familia destinada a ser presentada a los organismos y autoridades interesadas.
Es importante comprender exactamente la naturaleza y el estilo de la Carta tal como es presentada aquí. Este documento no es una exposición de teología dogmática o moral sobre el matrimonio y la familia, aunque refleja el pensamiento de la Iglesia sobre la materia. No es tampoco un código de conducta destinado a las personas o a las instituciones a las que se dirige. La Carta difiere también de una simple declaración de principios teóricos sobre la familia. Tiene más bien la finalidad de presentar a todos nuestros contemporáneos, cristianos o no, una formulación —lo más completa y ordenada posible— de los derechos fundamentales inherentes a esta sociedad natural y universal que es la familia.
Los derechos enunciados en la Carta están impresos en la conciencia del ser humano y en los valores comunes de toda la humanidad. La visión cristiana está presente en esta Carta como luz de la revelación divina que esclarece la realidad natural de la familia. Esos derechos derivan en definitiva de la ley inscrita por el Creador en el corazón de todo ser humano. La sociedad está llamada a defender esos derechos contra toda violación, a respetarlos y a promoverlos en la integridad de su contenido.
Los derechos que aquí se proponen han de ser tomados según el carácter específico de una « Carta ». En algunos casos, conllevan normas propiamente vinculantes en el plano jurídico; en otros casos, son expresión de postulados y de principios fundamentales para la elaboración de la legislación y desarrollo de la política familiar. En todo caso, constituyen una llamada profética en favor de la institución familiar que debe ser respetada y defendida contra toda agresión.
Casi todos estos derechos han sido expresados ya en otros documentos, tanto de la Iglesia como de la comunidad internacional. La presente Carta trata de ofrecer una mejor elaboración de los mismos, definirlos con más claridad y reunirlos en una presentación orgánica, ordenada y sistemática. En el anexo se podrá encontrar la indicación de « fuentes y referencias » de los textos en que se han inspirado algunas de las formulaciones.
La Carta de los Derechos de la Familia es presentada ahora por la Santa Sede, organismo central y supremo de gobierno de la Iglesia católica. El documento ha sido enriquecido por un conjunto de observaciones y análisis reunidos tras una amplia consulta a las Conferencias episcopales de toda la Iglesia, así como a expertos en la materia y que representan culturas diversas.
La Carta está destinada en primer lugar a los Gobiernos. Al reafirmar, para bien de la sociedad la conciencia común de los derechos esenciales de la familia, la Carta ofrece a todos aquellos que comparten la responsabilidad del bien común un modelo y una referencia para elaborar la legislación y la política familiar, y una guía para los programas de acción.
Al mismo tiempo la Santa Sede propone con confianza este documento a la atención de las Organizaciones Internacionales e intergubernamentales que, por su competencia y su acción en la defensa y promoción de los derechos del hombre, no pueden ignorar o permitir las violaciones de los derechos fundamentales de la familia.
La Carta, evidentemente, se dirige también a las familias mismas: ella trata de fomentar en el seno de aquéllas la conciencia de la función y del puesto irreemplazable de la familia; desea estimular a las familias a unirse para la defensa y la promoción de sus derechos; las anima a cumplir su deber de tal manera que el papel de la familia sea más claramente comprendido y reconocido en el mundo actual.
La Carta se dirige finalmente a todos, hombres y mujeres, para que se comprometan a hacer todo lo posible, a fin de asegurar que los derechos de la familia sean protegidos y que la institución familiar sea fortalecida para bien de toda la humanidad, hoy y en el futuro.
La Santa Sede, al presentar esta Carta, deseada por los representantes del Episcopado mundial, dirige una llamada particular a todos los miembros y a todas las instituciones de la Iglesia, para que den un testimonio claro de sus convicciones cristianas sobre la misión irreemplazable de la familia, y procuren que familias y padres reciban el apoyo y estímulo necesarios para el cumplimiento de la tarea que Dios les ha confiado.

CARTA DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA
Preámbulo
Considerando que:
A. los derechos de la persona, aunque expresados como derechos del individuo, tienen una dimensión fundamentalmente social que halla su expresión innata y vital en la familia;
B. la familia está fundada sobre el matrimonio, esa unión íntima de vida, complemento entre un hombre y una mujer, que está constituida por el vínculo indisoluble del matrimonio, libremente contraído, públicamente afirmado, y que está abierta a la transmisión de la vida;
C. el matrimonio es la institución natural a la que está exclusivamente confiada la misión de transmitir la vida;
D. la familia, sociedad natural, existe antes que el Estado o cualquier otra comunidad, y posee unos derechos propios que son inalienables;
E. la familia constituye, más que una unidad jurídica, social y económica, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad;
F. la familia es el lugar donde se encuentran diferentes generaciones y donde se ayudan mutuamente a crecer en sabiduría humana y a armonizar los derechos individuales con las demás exigencias de la vida social;
G. la familia y la sociedad, vinculadas mutuamente por lazos vitales y orgánicos, tienen una función complementaria en la defensa y promoción del bien de la humanidad y de cada persona;
H. la experiencia de diferentes culturas a través de la historia ha mostrado la necesidad que tiene la sociedad de reconocer y defender la institución de la familia;
I. la sociedad, y de modo particular el Estado y las Organizaciones Internacionales, deben proteger la familia con medidas de carácter político, económico, social y jurídico, que contribuyan a consolidar la unidad y la estabilidad de la familia para que pueda cumplir su función específica;
J. los derechos, las necesidades fundamentales, el bienestar y los valores de la familia, por más que se han ido salvaguardando progresivamente en muchos casos, con frecuencia son ignorados y no raras veces minados por leyes, instituciones y programas socio-económicos;
K. muchas familias se ven obligadas a vivir en situaciones de pobreza que les impiden cumplir su propia misión con dignidad;
L. la Iglesia Católica, consciente de que el bien de la persona, de la sociedad y de la Iglesia misma pasa por la familia, ha considerado siempre parte de su misión proclamar a todos el plan de Dios intrínseco a la naturaleza humana sobre el matrimonio y la familia, promover estas dos instituciones y defenderlas de todo ataque dirigido contra ellas;
M. el Sínodo de los Obispos celebrado en 1980 recomendó explícitamente que se preparara una Carta de los Derechos de la Familia y se enviara a todos los interesados;
la Santa Sede, tras haber consultado a las Conferencias Episcopales, presenta ahora esta
CARTA DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA
e insta a los Estados, Organizaciones Internacionales y a todas las Instituciones y personas interesadas, para que promuevan el respeto de estos derechos y aseguren su efectivo reconocimiento y observancia.
Artículo 1
Todas las personas tienen el derecho de elegir libremente su estado de vida y por lo tanto derecho a contraer matrimonio y establecer una familia o a permanecer célibes.
a) Cada hombre y cada mujer, habiendo alcanzado la edad matrimonial y teniendo la capacidad necesaria, tiene el derecho de contraer matrimonio y establecer una familia sin discriminaciones de ningún tipo; las restricciones legales a ejercer este derecho, sean de naturaleza permanente o temporal, pueden ser introducidas únicamente cuando son requeridas por graves y objetivas exigencias de la institución del matrimonio mismo y de su carácter social y público; deben respetar, en todo caso, la dignidad y los derechos fundamentales de la persona.
b) Todos aquellos que quieren casarse y establecer una familia tienen el derecho de esperar de la sociedad las condiciones morales, educativas, sociales y económicas que les permitan ejercer su derecho a contraer matrimonio con toda madurez y responsabilidad.
c) El valor institucional del matrimonio debe ser reconocido por las autoridades públicas; la situación de las parejas no casadas no debe ponerse al mismo nivel que el matrimonio debidamente contraído.
Artículo 2
El matrimonio no puede ser contraído sin el libre y pleno consentimiento de los esposos debidamente expresado.
a) Con el debido respeto por el papel tradicional que ejercen las familias en algunas culturas guiando la decisión de sus hijos, debe ser evitada toda presión que tienda a impedir la elección de una persona concreta como cónyuge.
b) Los futuros esposos tienen el derecho de que se respete su libertad religiosa. Por lo tanto, el imponer como condición previa para el matrimonio una abjuración de la fe, o una profesión de fe que sea contraria a su conciencia, constituye una violación de este derecho.
c) Los esposos, dentro de la natural complementariedad que existe entre hombre y mujer, gozan de la misma dignidad y de iguales derechos respecto al matrimonio.
Artículo 3
Los esposos tienen el derecho inalienable de fundar una familia y decidir sobre el intervalo entre los nacimientos y el número de hijos a procrear, teniendo en plena consideración los deberes para consigo mismos, para con los hijos ya nacidos, la familia y la sociedad, dentro de una justa jerarquía de valores y de acuerdo con el orden moral objetivo que excluye el recurso a la contracepción, la esterilización y el aborto.
a) Las actividades de las autoridades públicas o de organizaciones privadas, que tratan de limitar de algún modo la libertad de los esposos en las decisiones acerca de sus hijos constituyen una ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia.
b) En las relaciones internacionales, la ayuda económica concedida para la promoción de los pueblos no debe ser condicionada a la aceptación de programas de contracepción, esterilización o aborto.
c) La familia tiene derecho a la asistencia de la sociedad en lo referente a sus deberes en la procreación y educación de los hijos. Las parejas casadas con familia numerosa tienen derecho a una ayuda adecuada y no deben ser discriminadas.
Artículo 4
La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción.
a) El aborto es una directa violación del derecho fundamental a la vida del ser humano.
b) El respeto por la dignidad del ser humano excluye toda manipulación experimental o explotación del embrión humano.
c) Todas las intervenciones sobre el patrimonio genético de la persona humana que no están orientadas a corregir las anomalías, constituyen una violación del derecho a la integridad física y están en contraste con el bien de la familia.
d) Los niños, tanto antes como después del nacimiento, tienen derecho a una especial protección y asistencia, al igual que sus madres durante la gestación y durante un período razonable después del alumbramiento.
e) Todos los niños, nacidos dentro o fuera del matrimonio, gozan del mismo derecho a la protección social para su desarrollo personal integral.
f) Los huérfanos y los niños privados de la asistencia de sus padres o tutores deben gozar de una protección especial por parte de la sociedad. En lo referente a la tutela o adopción, el Estado debe procurar una legislación que facilite a las familias idóneas acoger a niños que tengan necesidad de cuidado temporal o permanente y que al mismo tiempo respete los derechos naturales de los padres.
g) Los niños minusválidos tienen derecho a encontrar en casa y en la escuela un ambiente conveniente para su desarrollo humano.
Artículo 5
Por el hecho de haber dado la vida a sus hijos, los padres tienen el derecho originario, primario e inalienable de educarlos; por esta razon ellos deben ser reconocidos como los primeros y principales educadores de sus hijos.
a) Los padres tienen el derecho de educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, teniendo presentes las tradiciones culturales de la familia que favorecen el bien y la dignidad del hijo; ellos deben recibir también de la sociedad la ayuda y asistencia necesarias para realizar de modo adecuado su función educadora.
b) Los padres tienen el derecho de elegir libremente las escuelas u otros medios necesarios para educar a sus hijos según sus conciencias. Las autoridades públicas deben asegurar que las subvenciones estatales se repartan de tal manera que los padres sean verdaderamente libres para ejercer su derecho, sin tener que soportar cargas injustas. Los padres no deben soportar, directa o indirectamente, aquellas cargas suplementarias que impiden o limitan injustamente el ejercicio de esta libertad.
c) Los padres tienen el derecho de obtener que sus hijos no sean obligados a seguir cursos que no están de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas. En particular, la educación sexual —que es un derecho básico de los padres— debe ser impartida bajo su atenta guía, tanto en casa como en los centros educativos elegidos y controlados por ellos.
d) Los derechos de los padres son violados cuando el Estado impone un sistema obligatorio de educación del que se excluye toda formación religiosa.
e) El derecho primario de los padres a educar a sus hijos debe ser tenido en cuenta en todas las formas de colaboración entre padres, maestros y autoridades escolares, y particularmente en las formas de participación encaminadas a dar a los ciudadanos una voz en el funcionamiento de las escuelas, y en la formulación y aplicación de la política educativa.
f) La familia tiene el derecho de esperar que los medios de comunicación social sean instrumentos positivos para la construcción de la sociedad y que fortalezcan los valores fundamentales de la familia. Al mismo tiempo ésta tiene derecho a ser protegida adecuadamente, en particular respecto a sus miembros más jóvenes, contra los efectos negativos y los abusos de los medios de comunicación.
Artículo 6
La familia tiene el derecho de existir y progresar como familia.
a) Las autoridades públicas deben respetar y promover la dignidad, justa independencia, intimidad, integridad y estabilidad de cada familia.
b) El divorcio atenta contra la institución misma del matrimonio y de la familia.
c) El sistema de familia amplia, donde exista, debe ser tenido en estima y ayudado en orden a cumplir su papel tradicional de solidaridad y asistencia mutua, respetando a la vez los derechos del núcleo familiar y la dignidad personal de cada miembro.
Artículo 7
Cada familia tiene el derecho de vivir libremente su propia vida religiosa en el hogar, bajo la dirección de los padres, así como el derecho de profesar públicamente su fe y propagarla, participar en los actos de culto en público y en los programas de instrucción religiosa libremente elegidos, sin sufrir alguna discriminación.
Artículo 8
La familia tiene el derecho de ejercer su función social y política en la construcción de la sociedad.
a) Las familias tienen el derecho de formar asociaciones con otras familias e instituciones, con el fin de cumplir la tarea familiar de manera apropiada y eficaz, así como defender los derechos, fomentar el bien y representar los intereses de la familia.
b) En el orden económico, social, jurídico y cultural, las familias y las asociaciones familiares deben ver reconocido su propio papel en la planificación y el desarrollo de programas que afectan a la vida familiar.
Artículo 9
Las familias tienen el derecho de poder contar con una adecuada política familiar por parte de las autoridades públicas en el terreno jurídico, económico, social y fiscal, sin discriminación alguna.
a) Las familias tienen el derecho a unas condiciones económicas que les aseguren un nivel de vida apropiado a su dignidad y a su pleno desarrollo. No se les puede impedir que adquieran y mantengan posesiones privadas que favorezcan una vida familiar estable; y las leyes referentes a herencias o transmisión de propiedad deben respetar las necesidades y derechos de los miembros de la familia.
b) Las familias tienen derecho a medidas de seguridad social que tengan presentes sus necesidades, especialmente en caso de muerte prematura de uno o ambos padres, de abandono de uno de los cónyuges, de accidente, enfermedad o invalidez, en caso de desempleo, o en cualquier caso en que la familia tenga que soportar cargas extraordinarias en favor de sus miembros por razones de ancianidad, impedimentos físicos o psíquicos, o por la educación de los hijos.
c) Las personas ancianas tienen el derecho de encontrar dentro de su familia o, cuando esto no sea posible, en instituciones adecuadas, un ambiente que les facilite vivir sus últimos años de vida serenamente, ejerciendo una actividad compatible con su edad y que les permita participar en la vida social.
d) Los derechos y necesidades de la familia, en especial el valor de la unidad familiar, deben tenerse en consideración en la legislación y política penales, de modo que el detenido permanezca en contacto con su familia y que ésta sea adecuadamente sostenida durante el período de la detención.
Artículo 10
Las familias tienen derecho a un orden social y económico en el que la organización del trabajo permita a sus miembros vivir juntos, y que no sea obstáculo para la unidad, bienestar, salud y estabilidad de la familia, ofreciendo también la posibilidad de un sano esparcimiento.
a) La remuneración por el trabajo debe ser suficiente para fundar y mantener dignamente a la familia, sea mediante un salario adecuado, llamado « salario familiar », sea mediante otras medidas sociales como los subsidios familiares o la remuneración por el trabajo en casa de uno de los padres; y debe ser tal que las madres no se vean obligadas a trabajar fuera de casa en detrimento de la vida familiar y especialmente de la educación de los hijos.
b) El trabajo de la madre en casa debe ser reconocido y respetado por su valor para la familia y la sociedad.
Artículo 11
La familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar, y proporcionada al número de sus miembros, en un ambiente físicamente sano que ofrezca los servicios básicos para la vida de la familia y de la comunidad.
Artículo 12
Las familias de emigrantes tienen derecho a la misma protección que se da a las otras familias.
a) Las familias de los inmigrantes tienen el derecho de ser respetadas en su propia cultura y recibir el apoyo y la asistencia en orden a su integración dentro de la comunidad, a cuyo bien contribuyen.
b) Los trabajadores emigrantes tienen el derecho de ver reunida su familia lo antes posible.
c) Los refugiados tienen derecho a la asistencia de las autoridades públicas y de las organizaciones internacionales que les facilite la reunión de sus familias.

FUENTES Y REFERENCIAS
Preámbulo
A. Rerum novarum, 9; Gaudium et spes, 24.
B. Pacem in terris, parte I; Gaudium et spes, 48 y 50; Familiaris consortio, 19; Codex Iuris Canonici, 1056.
C. Gaudium et spes, 50; Humanae vitae, 12; Familiaris consortio, 28.
D. Rerum novarum, 9 y 10; Familiaris consortio, 45.
E. Familiaris consortio, 43.
F. Gaudium et spes, 52; Familiaris consortio, 21.
G. Gaudium et spes, 52; Familiaris consortio, 42 y 45.
I. Familiaris consortio, 45.
J. Familiaris consortio, 46.
K. Familiaris consortio, 6 y 77.
L. Familiaris consortio, 3 y 46.
M. Familiaris consortio, 46.
Artículo 1
Rerum novarum, 9; Pacem in terris, parte 1; Gaudium et spes, 26; Declaración universal de los Derechos Humanos, 16, 1.
a) Codex Iuris Canonici, 1058 y 1077; Declaración universal, 16, 1.
b) Gaudium et spes, 52; Familiaris consortio, 81.
c) Gaudium et spes, 52; Familiaris consortio, 81 y 82.
Artículo 2
Gaudium et spes, 52; Codex Iuris Canonici, 1057; Declaración universal, 16, 2.
a) Gaudium et spes, 52.
b) Dignitatis humanae, 6.
c) Gaudium et spes, 49; Familiaris consortio, 19 y 22; Codex Iuris Canonici, 1135; Declaración universal, 16, 1.
Artículo 3
Populorum progressio, 37; Gaudium et spes, 50 y 87; Humanae vitae, 10; Familiaris consortio, 30 y 46.
a) Familiaris consortio, 30.
b) Familiaris consortio, 30.
c) Gaudium et spes, 50.
Artículo 4
Gaudium et spes, 51; Familiaris consortio, 26.
a) Humanae vitae, 14; Declaración sobre el aborto provocado (S. Congregación para la Doctrina de la Fe), 18 de noviembre de 1974;Familiaris consortio, 30.
b) Juan Pablo II, Discurso a la Academia pontificia de las ciencias, 23 de octubre de 1982.
d) Declaración universal, 25, 2; Declaración sobre los Derechos del Niño, Preámbulo y 4.
e) Declaración universal, 25, 2.
f) Familiaris consortio, 41.
g) Familiaris consortio, 77.
Artículo 5
Divini illius magistri, 27-34; Gravissimum educationis, 3; Familiaris consortio, 36; Codex Iuris Canonici, 793 y 1136.
a) Familiaris consortio, 46.
b) Gravissimum educationis, 7; Dignitatis humanae, 5; Juan Pablo II, Libertad religiosa y el Acta final de Helsinki (Carta a los Jefes de las naciones signatarias del Acta final de Helsinki), 4b; Familiaris consortio, 40; Codex Iuris Canonici, 797.
c) Dignitatis humanae, 5; Familiaris consortio, 37 y 40.
d) Dignitatis humanae, 5; Familiaris consortio, 40.
e) Familiaris consortio, 40; Codex Iuris Canonici, 796.
f) Pablo VI, Mensaje para la Tercera Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 1969; Familiaris consortio, 76.
Artículo 6
Familiaris consortio, 46.
a) Rerum novarum, 10; Familiaris consortio, 46; Convención internacional sobre los Derechos civiles y políticos, 17.
b) Gaudium et spes, 48 y 50.
Artículo 7
Dignitatis humanae, 5; Libertad religiosa y el Acta final de Helsinki, 4b; Convención internacional sobre los Derechos civiles y políticos, 18.
Artículo 8
Familiaris consortio, 44 y 48.
a) Apostolicam actuositatem, 11; Familiaris consortio, 46 y 72.
b) Familiaris consortio, 44 y 45.
Artículo 9
Laborem exercens, 10 y 19; Familiaris consortio, 45; Declaración universal, 16, 3 y 22; Convención internacional sobre los Derechos económicos, sociales y culturales, 10, 1.
a) Mater et magistra, parte II; Laborem exercens, 10; Familiaris consortio, 45; Declaración universal, 22 y 25; Convención internacional sobre los Derechos económicos, sociales y culturales, 7, a, ii.
b) Familiaris consortio, 45 y 46; Declaración universal, 25, 1; Convención internacional sobre los Derechos económicos, sociales y culturales, 9, 10, 1 y 10, 2.
c) Gaudium et spes, 52; Familiaris consortio, 27.
Artículo 10
Laborem exercens, 19; Familiaris consortio, 77; Declaración universal, 23, 3.
a) Laborem exercens, 19; Familiaris consortio, 23 y 81.
b) Familiaris consortio, 23.
Artículo 11
Apostolicam actuositatem, 8; Familiaris consortio, 81; Convención internacional sobre los Derechos económicos, sociales y culturales, 11, 1.
Artículo 12
Familiaris consortio, 77; Carta social europea, 19.
Enlace articulo original: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/family/documents/rc_pc_family_doc_19831022_family-rights_sp.html

domingo, 8 de mayo de 2011

Todo es don

Desde pequeños, nos hemos acostumbrado a escuchar la parábola del hijo pródigo sin cuestionarnos su título, sin embargo, muchos hoy en día, están de acuerdo en que deberíamos cambiárselo por el de “La parábola del padre bueno”. Porque si hay algo que nos llame la atención, no es el hijo pródigo en el que tantas veces nos vemos reflejados cada uno de nosotros, ni siquiera en ese hermano mayor que representa un tipo de religiosidad un poco ajada y ritualista. Sobre todo, lo que sigue llamando la atención, es la figura del padre, que a pesar de que su hijo se marcha, haciendo daño y dejando heridas abiertas, siempre está con los brazos abiertos, aún a riesgo de parecer tonto. De hecho, en la parábola, al verlo de lejos, se conmovió, echó a correr, se le tiró al cuello y le llenó de besos. Así expresa Jesús el gozo y la alegría de Dios, su ternura y absoluto amor por sus hijos.

Creo que los dos hermanos coinciden en algo: ninguno de los dos valora a su Padre ni se dan cuenta del gozo que supone vivir con Él. Por eso, el pequeño se marcha y el mayor se aburre, dos actitudes que debemos cuidar para que no se hagan realidad en nuestra vida espiritual.

En el fondo, ninguno supo vivir el amor agradecido que define a todo buen hijo, y especialmente a los hijos de Dios. Dicen que a todo nos acostumbramos cuando se hace reiterativo, pero la lucha constante del cristiano debe incidir en saberse hijo de Dios y vivir como hijo de Dios, sin acostumbrarse a ese misterio de entrega, de donación, de regalo que es Dios. Porque Dios es el gran regalador. Todo nos lo ha regalado: la fe, la vida, los hijos, los hermanos, la salud, el poder reír, pensar... También nos regala el poder convertir el dolor y el sufrimiento en escuela de amor y en motivo de crecimiento, porque, “Todo es don” decía Sta. Teresita del Niño Jesús, y sólo el que va viviendo la vida dando gracias por todo, sabe descubrir la belleza que hay a su alrededor y dentro de sí mismo, y vive feliz.

Da grima estar con esas personas que sólo saben quejarse, ver lo malo, incidiendo siempre en el lado negativo de las cosas, creyéndose más listos que los demás porque critican más o suponen segundas o terceras intenciones en las cosas. Ellos mismos están cansados y cansan a los demás.
Y da gusto estar con esa gente buena, que sabe desdramatizar las dificultades de la vida, y ve lo bueno y se goza en el bien, aunque a veces parezca tonto o ingenuo, no le importa lo que parece, le importa lo que es.

Dicen que ante una botella por la mitad caben dos posturas: “ ¡qué bien!, queda media botella” o “! qué horror!”, falta media botella”. Debemos preguntarnos en qué postura nos situamos, en la positiva o en la negativa.

El cimiento de la vida cristiana es la filiación divina, que es la hermana gemela de la humildad. Ninguno de los hijos de la parábola se sabía hijo, porque ninguno valoraba los dones y los regalos que el Padre les daba continuamente. Y sobre todo el mayor de los dones: estar con el Padre y saber que todo lo del Padre era de ellos. Se perdieron el gozo de estar con Dios, disfrutar de su compañía, de su dadivosidad.

En la Cuaresma, le pido a Dios la conversión al amor agradecido, que la palabra “gracias” esté constantemente en mi mente, en mis labios y en mis afectos. ¡Se goza tanto con Dios!. Depende sólo de nosotros la interpretación que demos a los acontecimientos, e incluso esto también es un don del cielo que lo recibe aquél que lo suplica y se esfuerza en recibirlo.

Parroquia Santa María de Cana (Madrid)

sábado, 7 de mayo de 2011

DERRAME CEREBRAL, OCHO FACTORES DE RIESGO

Vicios peligrosos

El café puede ser un desencadenante del problema. | Afp
  • La cafeína y el sexo aumentan las posibilidades de que se rompa un aneurisma
Isabel F. Lantigua | Madrid
Ocho actitudes cotidianas pueden poner en peligro la vida. Suena brusco, pero es real, aunque poco frecuente. Aproximadamente entre un 2% y un 3% de la población sufre un aneurisma cerebral a lo largo de su vida -debilitamiento de la pared de un vaso sanguíneo que hace que se abombe-. Pocas veces éste se rompe, pero cuando lo hace provoca un derrame cerebral que puede llegar a ser mortal. Investigadores de los Países Bajos han observado que el consumo de café, el ejercicio físico intenso, sonarse, tener relaciones sexuales, hacer fuerza al ir al baño, tomar refrescos de cola, sobresaltarse y enfadarse son factores que, por este orden, aumentan el riesgo de que se produzca la hemorragia cerebral.
"Todos estos comportamientos aumentan la presión sanguínea temporalmente y facilitan que el vaso inflamado por un aneurisma se rompa. Así de sencillo", explica Monique Vlak, neuróloga en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda) y coordinadora del estudio, que se publica en la revista 'Stroke'. Para detectar estos ocho factores 'peligrosos', el equipo preguntó durante tres años a 250 pacientes con aneurisma que sufrieron una hemorragia cerebral por sus hábitos y actitudes previos al derrame.
Observaron que lo más perjudicial era tomar café, pues quienes lo hacían tenían casi el doble de riesgo de que el vaso sanguíneo se rompiera durante la hora después de haber tomado la bebida que aquellos que no consumían café. Después, lo más peligroso para estos pacientes es hacer ejercicio intenso, sonarse fuertemente y tener sexo.
Muchos aneurismas pasan desapercibidos, porque no dan síntomas -salvo vómitos o visión borrosa en pocos casos-. Con las nuevas técnicas de neuroimagen se empiezan a detectar mejor, pero aún no están muy claras las causas por las que se producen. Hasta el momento se sabía que el hecho de ser mujer y la hipertensión eran factores de riesgo, a los que ahora se suma estos ocho.
"Para las personas con un aneurisma que es demasiado pequeño para poder tratarlo o que está localizado en una zona de difícil acceso para intervenir, es mejor prevenir que curar. Evitar comportamientos de riesgo puede ser su seguro de vida", explica a ELMUNDO.es Ale Algra, del Departamento de Neurología del Centro Médico de Utrecht y otro de los autores del trabajo. "Si suprimen el café pueden reducir en un 10% el riesgo de ruptura del vaso sanguíneo o en un 4% si toman laxantes", indica.
Estas hemorragias causan la muerte a la tercera parte de los pacientes que las sufren y dejan a otro 20% en una situación de dependencia total.

viernes, 6 de mayo de 2011

TENTACION

Hay que reconocer que hoy en día, algunas palabras que se han utilizado siempre en la Iglesia para definir  realidades ya están pasadas de moda e incluso dan risa: la palabra pecado, la palabra soberbia y en el caso de hoy la palabra tentación. El Evangelio nos habla de la tentación como posibilidad en la vida de Jesús y de tentación como posibilidad en nuestra vida.
Ya nos gustaría ser perfectos, ya nos gustaría que todo lo hiciéramos siempre bien, pero no es así. Todos sabemos que dentro de nosotros hay un mecanismo, un resorte misterioso por el cual yo puedo elegir el mal, puedo elegir el daño, puedo elegir el destruir a los demás e incluso destruirme a mí mismo. Cuando yo escucho ese principio interior de destrucción, tengo dos posibilidades: reconocerlo o disfrazarlo. Y esa es la misión del tentador. Disfrazar la destrucción de belleza, disfrazar la verdad de mentira, entonces es cuando yo cometo esa falta llamada pecado.
Hoy todos debemos preguntarnos cuales son nuestras tentaciones. Tentación en el sentido más profundo de la palabra. Cuantas veces disfrazamos lo malo de bueno, porque no hemos sido capaces de vivir unos principios y acabamos cediendo a ellos justificándolos. Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando cómo vive. Así hoy vivimos  en un mundo en el cual  se puede justificar todo. Aparentemente todo está bien mientras que no moleste a los demás, mientras que no haga daño. Hay un acuerdo universal de que cada uno haga lo que quiera, de que cada uno ponga su propia ética. Ante esto, Cristo nos enseña que el hombre no puede encontrar en sí mismo el principio que da la moralidad a las cosas. Yo no soy autónomo. He de tener la suficiente humildad intelectual para reconocer que hay Alguien fuera de mí que es quien me dio la vida y me dio el ser, que es Dios y me dicta qué es lo que es bueno y lo que no lo es. Por eso  Jesús ante la tentación recurre a la Sagrada Escritura: Está escrito,...
A veces, siendo cristianos practicantes, cedemos a la tentación de hacer un cristianismo a nuestra medida, olvidándonos de las leyes de Dios y  de las leyes de la Iglesia. Incluso hay personas que dicen: “yo no estoy de acuerdo con el Magisterio, o yo no estoy de acuerdo con el Papa en esto.”
Nos atrevemos a hacer nuestra propia religión según nuestras propias necesidades y tenemos que ser lo suficientemente humildes como para saber que yo puedo equivocarme y que incluso me puedo equivocar justificando mis equivocaciones y que siempre tendré el servicio de un Dios que, a través de la Sagrada Escritura y a través de la Iglesia, que es Madre, enseña dónde está la verdad.
Vivimos en un mundo en el que sobran justificaciones de acciones que sabemos que están objetivamente mal hechas. Por eso, que el tentador no nos engañe más, que estemos siempre alertas para tener cuidado. En el tiempo de Cuaresma que los cristianos empezamos con ilusión y con fuerza,  debemos estar más atentos y más sensibles a los engaños, ya vengan de dentro o  de fuera. Que tengamos la suficiente humildad  para reconocer que siempre Dios es Dios y nosotros no somos dioses, y por tanto no somos los autores del bien y del mal, sino que nos es dado reconocer el bien y nos es dado también con nuestra libertad conquistarlo.
Parroquia Santa María de Cana (Madrid)

jueves, 5 de mayo de 2011

Los beneficios de caminar para la salud


Caminar puede ser un buen ejercicio si se hace correctamente, pues es de intensidad moderada y accesible a casi todas las personas, cualquiera sea su condición física inicial. Se puede hacer sin un equipo especial, solo o acompañado, todo el mundo sabe hacerlo, es seguro y no hay que trasladarse a un lugar específico para practicarlo.
Además, se puede introducir en la vida cotidiana sin alterar las costumbres ni hábitos de las personas.

Los beneficios de la caminata
Según la mayoría de los estudios, los beneficios corporales de realizar una caminata diaria de 30 minutos se traducen en beneficios cardiovasculares en cuanto a una menor frecuencia de infartos de miocardio, diabetes del adulto, accidentes cerebrovasculares e hipertensión arterial.
La actividad física moderada ha mostrado beneficios en la osteoporosis, la artritis, las caídas en los ancianos, y también efectos sobre el peso y los lípidos aunque más modestos. Además, es buena para la mente, ya que hay cierta evidencia de que el ejercicio moderado ayudaría en la depresión y en ciertos estados de ansiedad.

Para comenzar…
El período mínimo necesario para obtener efectos saludables es de diez minutos diarios. Según un estudio realizado en Buenos Aires, el 85 % de la gente entre 15 y 69 años camina por lo menos 10 minutos seguidos al menos una vez por semana. Por esto mismo y siguiendo el consejo general de “algo es mejor que nada” y “más es mejor que poco”, se puede empezar por hacer períodos de 10 minutos cada día. El ritmo debe ser más rápido que el de caminar mirando vidrieras, con paso firme y regular, y que a la vez se pueda hablar sin que se corten las palabras.
Realizar tres períodos de 10 minutos podría ser un objetivo inicial, aunque conviene saber que la mayoría de los estudios que mostraron beneficios fueron hechos con 30 minutos seguidos. No hay que olvidar hacer ejercicios de elongación en forma periódica.
Unas pocas semanas bastan para mejorar los aspectos circulatorios y reducir la resistencia a la insulina, a la vez que mejoran la tonicidad. En tanto, para bajar de peso o mejorar el perfil de los lípidos se requieren algunos meses.
La conveniencia de beber líquido durante la caminata, depende del tiempo dedicado a la misma y de las condiciones climáticas. En líneas generales hasta 30 minutos se podrían hacer sin necesidad de ingerir agua, salvo que se haga en pleno verano en las horas de mayor calor.

Un ejercicio para todas las edades
En principio no hay restricciones para ancianos ni enfermos, de hecho los cardiólogos recomiendan caminar a los pacientes coronarios o que hayan tenido by-pass. La única salvedad es que en los ancianos hay que evaluar el balance, equilibro y si existen impedimentos de tipo ortopédico. Por ejemplo si hay una artrosis de cadera importante, el hecho de caminar puede provocar dolor, por lo habría que hacer otro tipo de ejercicio, como la bicicleta fija.
En cuanto a los que tienen diabetes, enfermedades cardíacas o pulmonares deberían pasar por el médico antes de iniciar un programa de caminatas.
Se debe tener precaución ante la presencia de lesiones agudas en miembros inferiores y ciertos problemas ortopédicos como artrosis de rodilla o hernia de disco lumbar, y algunas personas que tienen pie diabético. Hasta que esos problemas no se solucionen podría ser mejor cambiar a otro tipo de ejercicio.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Perdón

Cuando vemos en la televisión escenas dramáticas, surge de un modo espontáneo la compasión hacia las personas que sufren un daño. Pero cuando ese sufrimiento está motivado por personas concretas, desalmadas y crueles, junto a la compasión por las víctimas surge la rabia, la ira y el deseo que los culpables reciban un grave daño.
Cuando el Señor nos llama a amar a los enemigos, a ser comprensivos, a no condenar, no significa una invitación a ser blandos, cobardes y tontos. Todo lo contrario. Solo el fuerte, el valiente, el justo es capaz de sobreponerse a las emociones que le embargan y actuar, incluso con el deseo, de un modo humano y ecuánime.

Todos sabemos que el verdadero amor, también el amor a los enemigos, se fundamenta en la justicia; de tal modo que sin justicia no puede darse el amor verdadero. Justicia y amor se necesitan mutuamente.
Por eso, el evangelio nos llama a no condenar, a no juzgar, a ser compasivo y esto no es una utopía, sino un modo de ser, que tanta gente buena a lo largo de los siglos ha sido capaz de realizar.

No podemos ser como aquellos que nos hacen daño, no podemos permitir que el odio, la ira y el rencor aniden en nuestro corazón, hasta que lo envenenan y retuerzan, de tal modo que al final recibiríamos un doble daño: el que nos hicieron en el fuero externo y el que nos siguen haciendo en el fuero interno.

El cristiano es el hombre del perdón, que diariamente se libera de sus rencores, pues al mirar a Aquél que en la cruz perdonó a sus verdugos, se siente capaz de superar su rabia y dolor, y junto a incontables generaciones de mártires (anónimos muchos de ellos), es capaz de decir a aquellos que le hacen daño: “ No insistas, hay un santuario dentro de mí, más íntimo que yo mismo en el que tú y tu crueldad no podéis entrar. Ese santuario está limpio y desde él te perdono, te deseo el bien, que te des cuenta del daño que haces, que rectifiques, que dejes de renunciar a tu propia dignidad y que vuelvas a ser aquello para lo que recibiste la vida: autor del bien.

Todos deberíamos preguntarnos como vivimos diariamente la Buena Noticia del perdón y de la compasión. La pregunta es muy sencilla: ¿A quién deseo el daño ó a quién se lo estoy haciendo? Con mis críticas, con mi ira ó intolerancia ante sus defectos, ó con mi distanciamiento. Y veremos como el perdón hay que vivirlo primero en la familia, donde tantas veces hay rencores: hermanos que no se hablan por supuestos repartos de beneficios; hijos que sus padres les dan de todo y cuando reciben un “no”, se soliviantan y enfurecen contra ellos; esposos que al no ponerse de acuerdo, optan por la incomunicación y la indiferencia. Y es que el perdón abarca todos los ámbitos de las relaciones humanas (familia, trabajo, ocio, etc...), de tal modo que un mundo sin perdón supondría un regreso a la jungla, un volver a imperar la ley del más fuerte, del más duro. Necesitamos perdonar. Que sea esta nuestra súplica. ¡Señor, ayúdame a no guardar rencor! ¡Enséñame a perdonar!

Parroquia Santa María de Cana

martes, 3 de mayo de 2011

La hora de un infarto influye en su pronóstico

Un estudio muestra que el matutino es el más mortal
AINHOA IRIBERRI MADRID
La rapidez entre el diagnóstico y el tratamiento de un infarto es vital. thinkstock
Cuando un paciente de infarto llega al hospital se activan todos los mecanismos de emergencia. En esta dolencia, es clave la rapidez entre el diagnóstico y el tratamiento, casi siempre consistente en un cateterismo la inserción de un catéter a través de la ingle para abrir la arteria obstruida que ha provocado el infarto, pero, según un estudio español publicado hoy en Heart, en algunos momentos del día es todavía más importante que en otros.
La hora con peor pronóstico para el ataque cardiaco es entre las seis de la mañana y las 12 del mediodía, según ha demostrado un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, dirigidos por el cardiólogo Borja Ibáñez.
Los autores analizaron a 811 afectados por un ataque cardiaco
Los autores del trabajo analizaron la extensión del músculo cardiaco afectado por el infarto a través de la liberación de dos biomarcadores de daño cardiaco (CPK y troponina) a la sangre circulante. Lo hicieron en 811 pacientes admitidos en el Hospital Clínico San Carlos con diagnóstico de infarto de miocardio (se excluyó a los que habían sufrido este accidente vascular anteriormente). Los investigadores se fijaron principalmente en dos parámetros: la hora en que se había detectado el infarto (se dividió el día en cuatro periodos de seis horas y se asignó a cada individuo a uno de esos grupos) y el porcentaje de tejido dañado, es decir, el grado de afectación del infarto.
El trabajo desveló que el tamaño del área infartada era significativamente mayor cuando el ataque al corazón se producía en la transición entre sueño y vigilia, es decir, entre las seis de la mañana y el mediodía. Según señaló Ibáñez, "el tamaño del infarto es el marcador más importante que existe de eventos clínicos posteriores, incluyendo la mortalidad".
Consecuencias clínicas
Los hospitales deberían aumentar su personal fuera del horario laboral
Por esta razón, el autor principal considera que el hallazgo tiene consecuencias clínicas. Así, opina que a esas horas se debería prestar especial atención a reducir al máximo el tiempo entre el diagnóstico y el tratamiento, así como incrementar el personal presente en las salas de cateterismos o disponer de centros con salas donde se efectúe este procedimiento las 24 horas del día. "La práctica habitual en todo el mundo es tener localizado en horario extralaboral al especialista, que se presenta muy rápido en la sala tras un aviso", apunta Ibáñez.
Las razones que explican estas diferencias en gravedad no se conocen, aunque se sabía que la fisiología cardiovascular está modulada por el ritmo circadiano o los periodos de alternancia de sueño y vigilia. El hallazgo publicado hoy en Heart había sido recientemente descubierto en ratones. Los autores señalan que, en su análisis, observaron que había una mayor incidencia de hipertensión en periodo de transición de la noche al día y vieron también una tendencia hacia una mayor incidencia de diabetes.
Ibáñez subraya que en su estudio se ha "descontado" el posible impacto que pudiera tener el hecho de que, al producirse los infartos a horas tan tempranas, tardaran más tiempo en descubrirse y diagnosticarse.
Enlace articulo original: http://www.publico.es/ciencias/373263/la-hora-de-un-infarto-influye-en-su-pronostico

lunes, 2 de mayo de 2011

Día de Celebración para los Murillos


Ayer día uno de Mayo fue un gran día para mi gran Familia.

Amparo la tercera de siete hermanos celebraba su CINCUENTA ANIVERSARIO de la toma de Votos  como Religiosa de la Compañía de María, lo celebraba en San Fernando Cádiz, destino actual de Amparo.

Se podía escribir folios y folios para narrar la biografía desde su entrada en la Orden con tan solo 19 años, toda una vida dedicada y ofrecida a Dios y a la ayuda a los demás. Con una inmensa vocación, ha dejado siempre una huella imborrable desde Santa Fe, (Granada), done hizo su noviciado, San Lucas de Barrameda, Italia, Lyon (Francia), volviendo a Granada (Colegio Mayor Montaigne), destino el que perduro más años y donde dejó una huella que hasta hoy sigue imborrable.

De Granada pasa a su destino actual San Fernando, donde ayer y Gracias a Dios pudimos reunirnos en torno a ella los Siete Hermanos, María Isabel, José María, ella Amparo, María Guadalupe, Alfredo, Manolo y Elisenda, e igualmente se unieron sobrinos y hasta los hijos de algunos de estos.

Fue una celebración familiar y muy entrañable, ya que como es lógico asistió igualmente la comunidad en pleno, quien nos acompañó hasta el final de los actos y nos recibió con el cariño, digno del mayor elogio. El acto comenzó con una Misa Solemne en la que Tanto Amparo como Manoll, otra Religiosa que también celebraba las Bodas de Oro, renovaron nuevamente sus votos, fue algo muy bonito y emotivo que nos hizo tragar saliva a más de uno, para amortiguar el nudo que se nos hacía en la garganta, momentos emotivos que sin querer traen el recuerdo de seres tan queridos y admirados como nuestros Padres, es el momento de darles gracias por la Familia que crearon y que desde el Cielo y con la ayuda de Dios nos han ayudado a mantener.

Tras la celebración de tan solemne acto, las familias de Amparo, mi familia y la de Manoll, pasamos a degustar la comida que la comunidad nos ofreció a las dos familias y  que fue compartida igualmente por la comunidad del Colegio, todo fue un éxito en cuanto a organización y servicio.

Pasada la comida y como sorpresa para Amparo, se proyecta un vídeo montado con las fotografías aportadas por los distintos hermanos y de cuyo montaje se encargaron dos sobrinas, a las que hay que felicitar por tan maravilloso montaje, en el cabe destacar el buen gusto y la armonía de la música de fondo elegida para cada momento. El vídeo era un perfecto recorrido fotográfico desde su niñez hasta el día de hoy, sin saltarse ninguna de las épocas por la que Amparo ha ido atravesando.

Todo un día grande, feliz y que creo ha quedado bien grabado como para no olvidarlo jamás.

Solo me queda agradecer desde estas líneas, el cariño y afecto que la comunidad nos dispenso, muy en especial en la figura de su Directora, quien para mí es un Ángel que Dios ha puesto al lado de  Amparo.

Amparo, hermana, gracias por tu entrega, que nos ha hecho Cincuenta años felices, que Dios te bendiga.


Manolo.