"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

martes, 19 de septiembre de 2017

Grietas en el Alma



¿Qué grietas hay en mi corazón?

Había Boda, había alegría, pero… faltó el vino.
María estaba en esa boda.  María como mujer observadora, amante del orden y el deseo de que la alegría de la fiesta no se perdiera, se acercó a su Hijo y le habló al oído :- “ No hay vino “… y después a los sirvientes : - “ Haced lo que El os diga”. Juan , 2 I-15.

En nuestro hogar, ¿ hay una invitada especial, MARÍA.? Porque María, como madre solícita, nos está diciendo :- “¿ Sientes que en tu hogar falta vino… y se acabó el amor?.” 
           
Esa pregunta me da miedo, me da frío… tal vez no,  pero pudiera ser que en mis “tinajas” donde llevé un día todos mis sueños, todas mis ilusiones y proyectos, haya grietas… y poco a poco se ha ido por ellas el amor. Puede haber grietas de pereza, de desánimo, por rencores, por desilusiones… ¿cuál es la grieta o las grietas por donde se han ido todas aquellas cosas que creí poder vivir siempre, las que necesitaba tanto?.         
¿ Puede en mi hogar haber hambre de un abrazo, de volver al seguimiento de la FE que se olvidó, de más ternura, de más paciencia, de más comprensión sobre todo cuando afloran los problemas de la vida …es que puedo decir : “ yo no me meto a mi  no me toca…?
Tal vez el comienzo de la parte económica fue dura, áspera y limitada pero… era tan grande, tan avasallante nuestro amor que lo duro se hizo tierno, lo áspero se convirtió cariñoso y lo limitado en infinito.. ¿ qué nos pasó o qué nos está sucediendo?.

Ahora hay viajes, paseos y amigos… tenemos muchos aparatos en casa, uno para cada necesidad y muchos de comunicación moderna  y efectiva, hay ruido, música a grades volúmenes, salidas, idas y venidas, puertas que se abren y se cierran con rapidez, todo en movimiento, prisa, mucha prisa… ¿ y dónde quedaron las palabras? ¿qué nuevo lenguaje aprendieron nuestra manos que olvidaron las caricias?  ¿ qué hacen nuestros ojos, siempre bajos, entretenidos en leer o mandar mensajes, que ya olvidaron el mirar a los ojos de las personas amadas? ¿por qué ya no reímos o lloramos juntos, por qué hemos olvidado el preguntar :- “ qué tienes, cómo estás, cómo ha sido tu día hoy? ¿me quieres, dímelo, ¡lo necesito!.”

¿Por qué “eso” se quedó en el pasado?…Parecemos autómatas, moviéndonos muy individualmente ¡en nuestro espacio! ( creo que a si se dice ahora) en algo que le llamamos hogar….

Vamos a sacudir toda esa rutina, vamos a hacer un alto en el camino y vamos a retomar algo de aquellos tiempos, creo que vale la pena, si quiera, hacer la prueba… Hoy te voy a acariciar,  hoy te voy a besar y hoy voy a volver a mirarte a los ojos y te voy a decir ¡te quiero!

Por favor, si me estás leyendo, dirígete  al que es el compañero de tu vida o compañera y a cada uno de tus hijos, grandes o pequeños, a las personas ancianas, a los abuelos,  y diles  “ ¡los necesito tanto,… los amo”!.  Cuando lo hagas será, que has sabido sellar con el amor, las grietas de tu alma.
Por: María Esther de Ariño




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