Criterios de sostenibilidad para la vida
en familia y la relación de pareja en conciliación con el trabajo
La relación de pareja
Las familias sostenibles sólo pueden
crecer en un medio ambiente adecuado que hay que propiciar. Su base social
comienza creando un ambiente de aprecio y cuidado de la maternidad, en términos
biológicos sólo una natalidad que supere 2,1 hijos por mujer garantiza la
sostenibilidad de la raza humana. El recambio generacional afecta a la
dimensión social de la familia sostenible y depende en gran medida de factores
externos a las familias: políticas, imagen amable de la maternidad en los
medios de comunicación, conciliación, etc…
La dimensión interna de la sostenibilidad es más accesible a las personas y
comprende el cuidado del medio ambiente familiar que tanto depende de ellas, de
padres y madres, de hijos y abuelos.
La mayor parte de la labor que las personas podemos hacer para que nuestra
familia sea sostenible se centra en aspectos tan concretos como cuidar el
ambiente de hogar, el cariño y respeto, los detalles personales de servicio,
las costumbres y las fotografías e historias familiares que nos recuerdan que
no somos fruto del azar.
Junto a ideas materiales, como dedicar tiempo a la familia y a cada miembro,
deben ocupar un lugar preeminente otras como tener en la cabeza al cónyuge y
los hijos a lo largo del día, fomentando los deseos de volver a casa, potenciar
los buenos pensamientos, apartar los malos.
La base de todo esto es la relación de pareja que debe ser cuidada desde el
principio del matrimonio y que un equivocado amor a los hijos nunca deben
romper. Desde el "si quiero" hay que cuidar los detalles, la
fidelidad en lo pequeño y la ilusión por cumplir los sueños y proyectos
Tarea de cada miembro
El matrimonio y la familia son una
aventura apasionante, radical, creativa, muy confortadora; no son realidades
estáticas sino que se hacen cada día. Darse a otros es, sin duda, una locura
que algunos no entienden. Que una familia sea sostenible depende de cada unos
de sus miembros.
Empezábamos con las conclusiones de la Comisión Brundtland: "satisfacer
las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades
de las del futuro para atender sus propias necesidades". Sólo la familia
sostenible, es decir estable y estructurada; es capaz de cumplir los criterios
de sostenibilidad, de generar ilusión y esperanza en el futuro. Una visión
positiva y de responsabilidad compartida favorecerá entre otras cosas un
incremento de la natalidad. Sin esa positiva y adecuada valoración del proyecto
familiar difícilmente se apostará por nuevos hijos.
Ese es nuestro reto, el de quienes estamos convencidos de que no todo es igual,
que existe lo mejor y que es posible. Nuestro desafío consiste en actuar en
nuestras familias y en la sociedad desde la lógica del amor para que el siglo
XXI sea el de las familias sostenibles.
Por: Aníbal Cuevas
SIEMPRE SE HA DICHO: “A
NADIE LE AMARGA UN DULCE”
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