Dios es el amor por excelencia. Lo que
los hombres y mujeres llamamos amor, es un destello.
La costumbre sajona de que los jóvenes
se escogieran como prometidos en este día, probablemente se basa en la creencia
popular que encontramos relatada en la literatura de los tiempos de Chaucer, de
que los pájaros comenzaban a formar pareja el día se San Valentín. El envío de
tarjetas fue una evolución natural de la costumbre.
El día de San Valentín y todo el mes de febrero lo recordamos como el mes del
amor y la amistad. El amor...¡qué se podrá decir del amor que no se haya dicho
ya!.
En todas las artes, la literatura, la poesía, la música, la pintura, la
escultura, etcétera, se habla del amor. Desde niños aún, brota en nuestro
corazón el deseo de amar y ser amados.
Y llega el primer amor... y en él estamos más felices amando que siendo amados,
embelesados en ese maravilloso sentimiento no nos cansamos de escribir el
nombre de la persona amada en todos los cuadernos y papeles a nuestro
alcance...
Luego llega el enamoramiento del noviazgo, amando y siendo correspondidos en
nuestro amor, más tarde el amor en el matrimonio, más sosegado, más sereno,
pero también mucho más pleno, de dos seres que se aman y se convierten en uno.
Y hay otros muchos amores, dignos y admirables: el que tuvo la Madre Teresa de
Calcuta a sus pobres, el amor del sacerdote a su Iglesia, el amor del misionero
a su entrega, el amor de las religiosas a los enfermos, a los niños desvalidos,
muchos con capacidades especiales, a los ancianos. El amor de los padres buenos
por sus hijos y el de los hijos por sus padres, el amor a la naturaleza, el
amor al prójimo... Y no vamos a hablar en este espacio de lo que algunos
jóvenes y parejas, quizá no tan jóvenes, abandonándose a sus pasiones, le dan
el nombre de amor a algo que ni siquiera se le parece.
San Pablo nos dice: El amor es paciente, es servicial, el amor no es
envidioso, no es jactancioso, no se engríe. El amor no es egoísta, no se
irrita. El amor no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia, se
alegra de la verdad. El amor todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo
lo soporta. El amor no acaba nunca (Cor. 13, 1-13). Los que aman así
pueden decir que han conocido el VERDADERO AMOR.
Podemos hablar mucho sobre el amor y para llegar a su verdadera esencia,
tenemos que llegar a Dios. Dios es amor
Dios es el amor por excelencia. Lo que los hombres y mujeres llamamos amor, es
un destello, es un reflejo de esa plenitud amorosa que brota de nuestro Padre
Dios. El Espíritu Santo es la conjunción del amor entre el Padre y el Hijo.
Todo en Ellos es plenitud infinita.
También la AMISTAD es una forma de amar. La amistad es un don donde la
confianza y la honestidad, llenan el alma de quién tiene la suerte de poseerla.
Durante este mes, "mes del amor y la amistad" recordemos al Mejor
Amigo que nunca nos deja y nos acompaña en el camino. Recordemos al Amor, que
dio su vida por ti y por mi ¡Qué mayor prueba del amor!
Por: María Esther de Ariño
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