La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, sus
cambios de vías, y sus accidentes!
Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros
padres, y creemos que siempre viajaran a nuestro lado, pero en alguna estación
ellos se bajaran dejándonos en el viaje solo.
De la misma forma se subieron otras personas, que serian significativas: nuestros hermanos, amigos,
hijos y hasta el amor de nuestra vida.
Muchos bajaran y dejaran un vacío permanente… Otros pasan tan
desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos!! Este
viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasmas, esperas y despedidas.
El éxito consiste en tener una buena relación con todos los
pasajeros, en dar lo mejor de nosotros.
El gran misterio para todos, es que no sabemos en que estación
nos bajaremos, por eso, debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar,
ofrecer lo mejor de nosotros... Así, cuando llegue el momento de desembarcar y
quede nuestro asiento vacío, dejemos bonitos recuerdos a los que continúan
viajando en el tren de la vida!
Acabamos de pasar la Navidad, todo tan bonito, todos tan
buenos, muchos, muchos regalos, pero hoy volvemos nuevamente al tren de la
vida. Te deseo que el viaje en tu tren, en el que el año que viene, sea mejor cada día, cosechando éxitos y dando mucho Amor
y las mismas alegrías y buenos deseos que teníamos en Navidad, pero siempre
acordándose de Dios. Ah! Os doy las gracias a todos por ser pasajeros de mi
tren. ¡¡Feliz viaje a todos!! Y aun bajándonos en distintas estaciones… un día
volveremos a vernos.
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