El valor del hombre es haber sido creado a imagen y semejanza de Dios, y
hoy... no sabe qué lleva dentro.
Los derechos y la
dignidad del hombre están fundamentados en última instancia en Dios creador,
que nos ha hecho a su imagen y semejanza y que ha dado a cada uno la
inteligencia y la libertad. Si el hombre prescinde de este modo de fundamentar
su vida, la dignidad y los derechos del hombre se debilitan, pues pierden su
fundamento sólido .
Vivimos en una sociedad de consumo, relativista, convenenciera, que camina
según sus caprichos, gusto e intereses. Aceptar esta jerarquía de valores nos
obliga a buscar en todo momento el poseer como única meta de la vida. El hombre
no debe medirse por lo que tiene sino por lo que es. La persona es más
importante a los ojos de Dios que el oro.
Lo que da valor al hombre es haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. El
creador ha dado capacidad a los mortales de conocer el bien y amarlo. La
persona es feliz cuando ama y es amado porque el hombre no puede vivir sin
amor. El permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de
sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo
experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente(Redemptor
hominis, 10).
¿Cómo te defines? , Esta ha sido la pregunta de los filósofos durante miles de
años. La respuesta es vital, porqué los seres humanos tenemos una necesidad
básica de comportarnos según la opinión que tengamos de nosotros mismos, por
eso dime como te valoras y te diré quien eres.
Les voy a contar un cuento. Había un alacrán que debía cruzar un río, pero como
los arácnidos no saben nadar, se le acercó a una rana y le propuso: "Tú
que sabes nadar muy bien, ¿Me puedes llevar al otro lado? El batracio lo miró
con recelo. ¡Jamás! Los alacranes pican a las ranas, no me voy a exponer a
un peligro letal . El alacrán argumento: ¿Cómo crees que te voy a picar
en medio del río? si fuera así, tú morirías y yo también porque no sé nadar.
Prometo no lastimarte y estar eternamente agradecido.
Después de meditarlo un poco, la rana aceptó la petición del alacrán
permitiéndole subir a su espalda mientras avanzaba por el agua. Pero
exactamente a la mitad del trayecto, sintió un piquete en el cuello y gritó: ¿Qué
has hecho? ¡Me picaste, ahora los dos moriremos! Él tranquilamente le contestó:
Yo soy un alacrán, y esto es lo que hacen los de mi especie, pican a las ranas.
"
El hombre es el centro de todo lo creado y la creatura más amada por Dios;
tanto amó Dios al hombre que hasta él mismo quiso hacerse hombre. El Hijo de
Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre. Trabajó con
manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre,
amó con corazón de hombre (Gaudium et spes, 22).
Hoy, con mucha frecuencia, el hombre no sabe qué lleva dentro, en la
profundidad de su espíritu, de su corazón. Muchas veces se siente incierto
sobre el sentido de su vida en esta tierra. Está dominado por la duda, que se
convierte en desesperación. El hombre ha perdido su definición, y la perderá,
siempre que saque a Dios de en medio..... El alacrán tenía su identidad y la
tenía clara, hoy el hombre está incierto y confuso.. de ahí ese espectáculo
triste que nos toca ver de muertes e violaciones a los derechos de las
personas. Nosotros como cristianos tenemos el deber de llevar al mundo la
antorcha de la dignidad, es decir, la luz de la vida, que Cristo ha depositado
en nuestras manos
Autor: P. Dennis Doren LC
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