Ha llegado el momento del cambio; no de tu sociedad, tu familia, tu escuela
o tu trabajo, sino de ti.
Todos queremos un mundo mejor; siempre estamos a la
expectativa, nos alegran las buenas noticias y estamos ávidos de ellas. Las
malas noticias nos producen malestar y miramos a nuestro alrededor a la caza
despiadada de los culpables; todos vamos detrás de un mundo más humano, más
justo, más tolerante y comprensivo; qué diferente sería todo. Por eso ha
llegado el momento del cambio; no del cambio de tu sociedad, de tu familia, de
tu escuela o universidad, ni de tu trabajo, sino de ti.
Tú eres el único que puede cambiar, para luego cambiar tu entorno. Con Cristo
Resucitado todo ha cambiado y renacen en nuestro corazón las ganas de vivir,
nuestra vida así se ve con alegría, armonía y sencillez. Aprovecha esta
experiencia, te llenará de satisfacción, pero recuerda, el cambio real comienza
desde ti. No pares nunca…
Si yo cambiara mi manera de pensar hacia los otros... los comprendería.
Si yo encontrara lo positivo en todos... con qué alegría me comunicaría con
ellos.
Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás... los haría felices.
Si yo aceptara a todos como son... sufriría menos.
Si yo deseara siempre el bienestar de los demás... sería feliz.
Si yo criticara menos y amara más... cuántos amigos ganaría.
Si yo comprendiera plenamente mis errores y defectos y tratara de cambiarlos...
cuánto mejoraría mi hogar y mi ambiente.
Si yo cambiara el tener más por el ser más... sería mejor persona.
Si yo cambiara de ser Yo, a ser Nosotros... comenzaría la civilización del
Amor.
Si yo cambiara los ídolos: poder, dinero, sexo, ambición, egoísmo y vanidad
definitivamente por: Libertad, Bondad, Verdad, Justicia, Compasión, Belleza y
Amor... comenzaría a vivir la verdadera felicidad.
Si yo cambiara el querer dominar a los demás por el autodominio... aprendería a
amar en libertad.
Si yo dejara de mirar lo que hacen los demás... tendría más tiempo para hacer
más cosas.
Si yo cambiara el fijarme cuánto dan los otros para ver cuánto más puedo dar
yo... erradicaría de mí la avaricia y haría este mundo más justo y equitativo.
Si yo cambiara el creer que sé todo... me daría la posibilidad de aprender más.
Si yo cambiara el identificarme con mis posesiones: títulos, dinero, status,
posición familiar... me daría cuenta que lo más importante de mí es que yo soy
un ser que ama.
Si yo cambiara todos mis miedos por amor... sería definitivamente libre.
Si yo cambiara el competir con los otros por el competir conmigo mismo... sería
cada vez mejor.
Si yo dejara de envidiar lo ajeno... usaría todas mis energías para lograr lo
mío.
Si yo cambiara el querer colgarme de lo que hacen otros por el desarrollar mi
propia creatividad... haría cosas maravillosas.
Si yo cambiara el esperar cosas de los demás... no esperaría nada y recibiría
como regalo todo lo que me dan.
Si yo amara el mundo... lo cambiaría.
Si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!
No dejes que la inercia en tu vida y tus buenas intenciones no realizadas
paralicen tu corazón. Comienza a cambiar desde dentro. Así verás cómo tus
percepciones y modos de enfrentar la vida no han sido lo suficientemente
plenos; comprende que la decisión que tomaste, influenciada por tus amigos, no
era lo más conveniente. Comienza hoy el cambio y verás qué serás feliz.
Autor: P. Dennis Doren LC
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