"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

miércoles, 15 de junio de 2011

La verdadera recompensa...

No puedo hacer el bien sólo para que me vean...
Necesito buscar la gloria de Dios cuando haga las cosas, ésta es la verdadera recompensa. Jesucristo lo dice bien claro:
“no practiquéis la justicia delante de los hombres”.
La sinceridad de vida exige la pureza de intención.
Ésta se consigue en la «intimidad con el Padre», es decir en la ... oración. Cuando realice actos, sea cuales sean, no puedo quedarme tan sólo con el premio de un buen pensamiento de parte de los demás; eso es actuar por vanidad. Sin embargo, cuando mi objetivo es glorificar a Dios con mi vida, mis obras recibirán “un premio en el cielo”. Porque Él sí ve lo que los demás no ven: los sacrificios ocultos, el sufrimiento secreto, los trabajos que nadie –ni mis padres, ni mis hermanos, ni mis hijos– ve. Estos son los actos que Dios premiará en la otra vida. De ahí brota la urgencia de vivir delante de Dios y no de los demás.
Leer Mt 6,1-6.16-18.
Dios les bendiga.

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